5 de febrero de 2009

Crisis??? Cuál?!?!?!?!?

En todo el orbe se habla de la crisis financiera que detonó en Estados Unidos y ha hecho eco en diversos países alrededor del mundo, sin embargo México parece ser uno de esos extraños casos que se han salvado de estas severas repercusiones. Que QUÉEEEEEEEEEE?!?!?!?!?!? Han de haber exclamado, con el peso fluctuando cerca de los 15 pesos, el rubro automotriz anunciando cierres "temporales", empresas anunciando próximos recortes, en fin... No obstante, en todos lados se ve una realidad bien distinta: el otro día en el supermercado hice fila por casi ¡una hora!, era un día entre semana, y eran las once de la mañana. Otro ejemplo, no importa el día ni la hora, cada vez que voy al mall de Antara Polanco al de Reforma 222 hay gente haciendo su shopping como si se encontrasen en Houston o Miami, abarrotando las cafeterías, los restaurantes y los stands de comida y postres de lujo ubicados a mitad de los corredores; en serio, si no hubiese dinero, malls como el de Antara o Saks Fifth Avenue en Santa Fe, simplemente no serían posibles, y tampoco seguirían abriendo boutiques de exclusivos diseñadores sobre Presidente Masarik o Altavista. Y, ¿qué les parecen los suntuosos edificios que están proliferando por toda la ciudad, con apartamentos de lujo, malls miniatura en los lobbys, rooftop terraces, albercas aéreas y gimnasios privados, a precios exorbitantes y que se venden como pan caliente? Un ejemplo más, en días recientes he observado un fenómeno muy particular: en Starbucks, no importa el día, ni la hora, la fila en la barra es interminable, las personas llegan y llegan, y siguen llegando, y al momento de ordenar no se conforman con un café del día tamaño alto, no, sino que llevan en promedio cinco bebidas del tamaño más grande, tres sandwiches, dos panqués y un vaso de fruta, haciendo cuentas, el ticket promedio asciende a los trescientos cincuenta pesos. En zonas comerciales o residenciales se entendería perfectamente si observamos este fenómeno como algo habitual de las tardes de fines de semana, pero, ¿en zonas de oficinas de las siete de la mañana hasta las siete de la noche? Eso es algo verdaderamente inverosímil, no sólo porque no ves a los típicos office boys o al personal de intendencia atendiendo a éstos pedidos, sino a los mismos oficinistas. Ok, estoy completamente de acuerdo con aquello de que vivir la Experiencia Starbucks es algo único y que además sirve de pretexto para tomarse un respiro del trabajo y tomar aire fresco, incluso para fumarse un cigarrillo en el trayecto, aquí lo absurdo es que ves a la gente acudiendo a todas horas del día en supuestas horas de oficina, cuando, se supone, deberían de estar trabajando, y hay veces en que los ves hasta cinco veces en menos de ocho horas. Notando este fenómeno, no puedo evitar preguntarme ¿Acaso esta gente no trabaja? ¿A qué van entonces a la oficina, a socializar? ¿Qué pensarán sus jefes ante tales ausencias? ¿Será que, en efecto, como no hay trabajo entonces tienen todo el tiempo para permitirse semejantes libertades? ¿Cómo es posible que la gente se queje frecuentemente de que no hay dinero, y, sin embargo, sí lo tienen para comprarse, por ejemplo, cafés de 45 pesos? Es por eso que yo digo: ¿Crisis? ¡Qué va, México es un país poseedor de una economía tan estable y solvente como la de Suiza! ¡Aquí la crisis no existe, es un mito, no afecta! ¡Por eso es que el pueblo mexicano es tan alegre, porque nunca ha tenido que preocuparse en lo absoluto! Así pues, mientras la crisis financiera se lleva al carajo a países tan poderosos como Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, etcétera, aquí podemos vivir felices y sin preocupaciones, gastando como enajenados y consumiendo masivamente sin la menor preocupación. ¡Esto es vida, señores!